aortega.net
  • INICIO
  • ITALIANO
  • VIDEOS
  • FOTOS
  • REFLEXIONES
  • ARTICULOS
  • RECONOCIMIENTOS
  • CONTACTO

LA OTRA CARA DEL DINERO

9/21/2013

0 Comments

 
Picture
Una realidad importante

En el orden de las realidades temporales el dinero ocupa un puesto preeminente. En los bolsillos de un niño y en los flujos de los grandes corporativos, el dinero es de esas pocas realidades cuya holgura o escasez hace tanta diferencia. ¡Y vaya que mueve al mundo! Cada mañana, miles de millones de personas se levantan de la cama y salen a buscarlo para el sustento. “Hay que perseguir la papa” –me decía un buen amigo– para dar de comer a la familia.

El dinero también aparece en la Biblia. Jesús lo utilizó sin recato en sus parábolas como palanca del entendimiento. Sabía que si nos hablaba de dinero, comprenderíamos mejor; como en la parábola de los talentos. El dinero, sin embargo, no fue para Jesús sólo un recurso didáctico; también lo usó para pagar impuestos y alabar la magna generosidad de una viuda.

Dios y el dinero

Jesús no demonizó el dinero. Pero puso sobre él una clara advertencia: “No podéis servir a Dios y al dinero”. Él sabía que el corazón humano puede homologar realidades y colocarlas en el mismo plano; puede colocar a Dios y al dinero sobre sendos altares en el mismo templo. Por eso para san Pablo, la avaricia es idolatría. Dios no sólo “vale más” que el dinero sino que es el único y verdadero Dueño de todo lo que somos y tenemos. San Ignacio de Loyola lo sintetizó en una brevísima y contundente oración: “Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Tú me lo diste; a ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me basta”.

Peligros del dinero

El dinero no es malo. De hecho, desde hace muchos siglos es prácticamente indispensable. Pero presenta al menos dos peligros: la avaricia, que cede al apego, a la acumulación egoísta de riquezas materiales; y la autosuficiencia, que excluye la dependencia radical de Dios y la confianza en su Providencia. La autosuficiencia cierra el corazón a Dios; la avaricia, a los demás. Por eso advertía G. Bernanos: “Sobre los sacos de escudos –antigua moneda portuguesa– Nuestro Señor hubiera escrito con su propia mano: ‘Peligro de muerte’, como hace la administración de obras públicas sobre los pilones de los transformadores eléctricos”.

Contra la avaricia

Para vencer la avaricia hay que abrir el corazón a la generosidad, a la prodigalidad. “El dinero es como el estiércol –decía F. Bacon–: no es bueno a no ser que se esparza”. Jesús prohíbe servir al dinero, pero no “servirse” del dinero. Es decir, usarlo como lo que es: un bien temporal, un talento que hay que usufructuar no sólo para remediar las propias necesidades sino también las de los demás. La experiencia enseña que el dinero en manos generosas tiene a veces el poder de hacer milagros.

Consejos prácticos

En el uso del dinero ayudan siempre tres indicaciones prácticas. Ante todo, honestidad. Si quieres conocer a alguien –se ha dicho–, dale poder. Cabría decir también: dale dinero. Quien administra honestamente los dineros, demuestra no sólo su nivel de desapego, también su calidad personal. En segundo lugar, magnanimidad. Hay que huir de la tacañería o el “minimalismo” a la hora de ayudar. Dinero que entra, dinero que ha de salir por algún lado; no por un sumidero consumista sino por un surtidor que sacie tanto necesidades propias como ajenas. Porque al dinero le pasa lo que al agua: cuando se estanca se pudre. Por último, relatividad. Es decir, no darle al dinero más importancia de la que tiene. Aspirar a formar un patrimonio es legítimo; obsesionarse por él, no.

La Virgen prudentísima

Efectivamente, no se puede servir a Dios y al dinero; pero sí se puede servir a Dios y a los demás sirviéndose del dinero. Y, bien lo sabemos, quien se sirve del dinero para ayudar a los demás, acumula tesoros en el cielo. María, Virgen Prudentísima, nos ayude a servirnos del dinero con sabiduría y prudencia.



0 Comments



Leave a Reply.

Powered by Create your own unique website with customizable templates.