
SOR CRISTINA
P. Alejandro Ortega Trillo, L.C.
Ya es un fenómeno mundial. Una religiosa de 25 años electrizó a los jueces y puso a todos a bailar con su primera aparición en The Voice Italia interpretando “No One” de Alicia Keys. El video en YouTube lleva más de 53 millones de hits. Para ser precisos, mientras escribo, 53,496,052, y subiendo varias centenas por minuto.
Sor Cristina Scuccia dijo ser una religiosa “muy de veras”, ante la incredulidad de Raffaella Carrá. Su aplomo y humildad mostraron un talento que va más allá de una potente voz y vibrante energía. A la pregunta sobre cómo le vino la idea de presentarse en The Voice, respondió con una frase que bien vale un programa de vida: “Tengo un don y os lo dono”.
Cuando le insinuaron la posibilidad de recibir una llamada de atención del Vaticano, la monja respondió serena: “Espero, más bien, una llamada del Papa Francisco. Es él quien nos invita a salir y evangelizar”. Sor Cristina encarna, en este sentido, un nuevo estilo de evangelización que “la Iglesia en salida” está emprendiendo bajo la batuta del Papa Francisco.
El rapero J-AX no cabía en sí de la emoción. Los ojos se le llenaron de lágrimas. “Si tú hubieras cantado en mi iglesia cuando iba yo de niño a Misa –le dijo–, hoy sería Papa, pues jamás la hubiera dejado”. Y para hacerle ver que juntos harían un buen equipo, añadió: “Yo soy el diablo, tú eres la santa”. ¿Será el preludio de una conversión? El hecho es que Sor Cristina lo escogió a él como coach, y J-AX subió exultante al escenario y la abrazó feliz, dando quizá un primer indicio sin saberlo de cuanto dice el Papa en la Evangelii gaudium: “La alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto”.
Sor Cristina jamás se vio de monja. El talento artístico afloró ya en su niñez y primera juventud. A los 18 años se presentó sin éxito en un primer casting del popular talent show italiano “Amici”. Poco después participó en una obra de teatro, haciendo el papel de una religiosa. Fue así como sintió el llamado a consagrarse a Cristo. Nunca imaginó que dejando morir su aspiración artística llegaría a ser, precisamente, una exitosa cantante. Se cumplen una vez más las palabras de Jesús: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24). Obviamente, a diferencia de los demás participantes, Sor Cristina no pretende ser artista sino apóstol; alguien que está ahí, en el escenario, para decir a todo el mundo: “Dios no nos quita nada; al revés, nos da siempre más”.
El hábito de tela negra, los zapatos sencillos y la sobria desenvoltura de Sor Cristina contrastan con el fogoso escenario de The Voice, su envolvente iluminación y las sofisticadas coreografías. Me parece ver en esto otro mensaje: la alegría del Evangelio tiene una misteriosa fuerza persuasiva, capaz de catequizar cualquier ambiente y escenario del mundo, por ajeno que parezca a la fe.
El Papa así lo explica: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”. Sor Cristina ha llegado hasta una periferia muy necesitada de la luz del Evangelio. Ha sido capaz de “salir de sí, de caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá”.
Al terminar, Sor Cristina no sabía qué hacer. Los jueces seguían boquiabiertos mientras la gente aplaudía de pie y coreaba repitiendo: “¡Sorella!”. Visiblemente sorprendida de su propia hazaña, se llevó la mano a la boca y sonrió tímidamente. Acababa de escribir una nueva página en la historia misionera de la Iglesia. aortega@legionaries.org Alejandro Ortega Trillo es sacerdote legionario de Cristo, licenciado en filosofía, maestría en humanidades clásicas, conferencista y escritor. Es autor del libro Vicios y virtudes. Actualmente colabora en las oficinas generales de la Legión de Cristo y hace estudios de especialización en Roma.
P. Alejandro Ortega Trillo, L.C.
Ya es un fenómeno mundial. Una religiosa de 25 años electrizó a los jueces y puso a todos a bailar con su primera aparición en The Voice Italia interpretando “No One” de Alicia Keys. El video en YouTube lleva más de 53 millones de hits. Para ser precisos, mientras escribo, 53,496,052, y subiendo varias centenas por minuto.
Sor Cristina Scuccia dijo ser una religiosa “muy de veras”, ante la incredulidad de Raffaella Carrá. Su aplomo y humildad mostraron un talento que va más allá de una potente voz y vibrante energía. A la pregunta sobre cómo le vino la idea de presentarse en The Voice, respondió con una frase que bien vale un programa de vida: “Tengo un don y os lo dono”.
Cuando le insinuaron la posibilidad de recibir una llamada de atención del Vaticano, la monja respondió serena: “Espero, más bien, una llamada del Papa Francisco. Es él quien nos invita a salir y evangelizar”. Sor Cristina encarna, en este sentido, un nuevo estilo de evangelización que “la Iglesia en salida” está emprendiendo bajo la batuta del Papa Francisco.
El rapero J-AX no cabía en sí de la emoción. Los ojos se le llenaron de lágrimas. “Si tú hubieras cantado en mi iglesia cuando iba yo de niño a Misa –le dijo–, hoy sería Papa, pues jamás la hubiera dejado”. Y para hacerle ver que juntos harían un buen equipo, añadió: “Yo soy el diablo, tú eres la santa”. ¿Será el preludio de una conversión? El hecho es que Sor Cristina lo escogió a él como coach, y J-AX subió exultante al escenario y la abrazó feliz, dando quizá un primer indicio sin saberlo de cuanto dice el Papa en la Evangelii gaudium: “La alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto”.
Sor Cristina jamás se vio de monja. El talento artístico afloró ya en su niñez y primera juventud. A los 18 años se presentó sin éxito en un primer casting del popular talent show italiano “Amici”. Poco después participó en una obra de teatro, haciendo el papel de una religiosa. Fue así como sintió el llamado a consagrarse a Cristo. Nunca imaginó que dejando morir su aspiración artística llegaría a ser, precisamente, una exitosa cantante. Se cumplen una vez más las palabras de Jesús: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24). Obviamente, a diferencia de los demás participantes, Sor Cristina no pretende ser artista sino apóstol; alguien que está ahí, en el escenario, para decir a todo el mundo: “Dios no nos quita nada; al revés, nos da siempre más”.
El hábito de tela negra, los zapatos sencillos y la sobria desenvoltura de Sor Cristina contrastan con el fogoso escenario de The Voice, su envolvente iluminación y las sofisticadas coreografías. Me parece ver en esto otro mensaje: la alegría del Evangelio tiene una misteriosa fuerza persuasiva, capaz de catequizar cualquier ambiente y escenario del mundo, por ajeno que parezca a la fe.
El Papa así lo explica: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”. Sor Cristina ha llegado hasta una periferia muy necesitada de la luz del Evangelio. Ha sido capaz de “salir de sí, de caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá”.
Al terminar, Sor Cristina no sabía qué hacer. Los jueces seguían boquiabiertos mientras la gente aplaudía de pie y coreaba repitiendo: “¡Sorella!”. Visiblemente sorprendida de su propia hazaña, se llevó la mano a la boca y sonrió tímidamente. Acababa de escribir una nueva página en la historia misionera de la Iglesia. aortega@legionaries.org Alejandro Ortega Trillo es sacerdote legionario de Cristo, licenciado en filosofía, maestría en humanidades clásicas, conferencista y escritor. Es autor del libro Vicios y virtudes. Actualmente colabora en las oficinas generales de la Legión de Cristo y hace estudios de especialización en Roma.