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UN CORAZÓN NUEVO

5/24/2015

3 Comments

 
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UN CORAZÓN NUEVO
Alejandro Ortega Trillo

Nadie quiere envejecer. Nadie da la bienvenida a las arrugas en la cara, a las pecas en las manos ni a las estrías en la piel. La ciencia hace de todo –con escaso éxito, cabe decir– para borrar las huellas del inexorable discurrir del tiempo por el cuerpo.

Juan Pablo II dijo una vez: “Cada uno tiene la edad de su corazón”. ¡Qué gran intuición! Porque la juventud es prerrogativa más del alma que del cuerpo. Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos. La psicología y la mera experiencia enseñan que pueden más la sed de vivir, el deseo de aprender y la voluntad de amar que una cirugía estética. 

La Iglesia reza: ¡Ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra! 

La “tierra”, en sentido bíblico, simboliza al hombre. De ella fue tomado y modelado, según la narración del Génesis (cf. Gn. 2, 7). En el origen de la humanidad, el soplo de Dios entró en esa “tierra” y el hombre cobró vida. 

El “aliento” de Dios es su Espíritu, Dador de vida, que en cada concepción interviene con un soplo directo, sin intermediación alguna: infunde el alma y crea una persona humana. Al conferirle más tarde en el Bautismo el don de la gracia –la vida sobrenatural– el Espíritu eleva al hombre a un rango insospechado, y no deja ya jamás de susurrarle: “eres hijo de Dios”. 

El mismo Espíritu Dador de vida es también el Santificador. Él re-crea a las almas tristes con su alegría, a las desamparadas con su cercanía, a las pobres con sus dones, a las secas con su agua viva, a las agitadas con su paz, a las sufridas con su consuelo, a las desanimadas con su aliento. Crea al “hombre nuevo”, cuyo corazón no sigue ya las tendencias ni las obras del “hombre viejo”, sino que se configura cada vez más según la imagen de su Creador (cf. Col. 3, 9 – 10). Sólo así puede darse en la vida de un ser humano el conjunto de actitudes y disposiciones que san Pablo llama, precisamente, “fruto del espíritu”: “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí” (Gal. 5, 22 – 23).

El Espíritu Santo renueva el corazón humano para que sea “de carne”, no “de piedra”, como predijo el profeta Ezequiel: “Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36, 26). Un corazón de carne es un corazón humilde, compasivo, empático, misericordioso, lleno de amor. El Espíritu Santo realiza esta obra. Él, derramando en cada uno la caridad de Dios (cf. Rm 5,5), ablanda los corazones duros, caldea los corazones fríos y corrige los corazones desviados.

El Espíritu de Dios renueva el corazón humano para que sea libre y alegre. Las malas pasiones, las tentaciones del mundo y las seducciones del demonio son amenaza de prisión para el corazón. Al ceder a ellas, el hombre se enferma de tristeza, pierde fuerzas y, entonces sí, envejece. La Iglesia es muy realista cuando invoca al Espíritu Santo con estas palabras: “Mira el vacío del hombre, si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento” (Himno Veni Sancte Spiritus). La libertad interior –entendida como disponibilidad total a la Voluntad de Dios– y la alegría que la acompaña, son signos incontrovertibles de la presencia del Espíritu en un alma. Quien así vive, goza ya en esta vida de la “gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Rm. 8, 21). 

Sí, cada uno tiene la edad de su corazón, sin importar los años ya vividos. La juventud del hombre es obra del Espíritu. El corazón puede gozar la misma lozanía que la rosa recién salida de las manos divinas. Sólo tiene que implorar cada día, con sincera apertura y docilidad: “¡Ven Espíritu Santo, y renueva la faz de la tierra!”. 

aortega@legionaries.org; www.aortega.org. Alejandro Ortega Trillo es sacerdote legionario de Cristo, licenciado en filosofía, maestría en humanidades clásicas, conferencista y escritor. Es autor de los libros Vicios y virtudes y Guerra en la alcoba. Actualmente ejerce su ministerio sacerdotal en Roma.


3 Comments
lucialombana@hotmail.com link
5/24/2015 10:57:09 am

En el dia de Pentecostes gracias por su reflexion y maravillosa oracion

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María de las Mercedes Vila Palmeros
5/25/2015 02:14:25 am

Muchas gracias , Padre. Que el Espíritu Santo " anide " en su corazón . Reciba un abrazo fraternal , con nuestros recuerdos.

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NellyAngelina
6/5/2015 11:31:22 am

P. Alejandro muy cierto en el corazon del hombre se encuentra juventud o vejez bien o mal ,tristeza o alegria ,amor u odio,paz o inquietud pido X Ud. Mande su Bendicion

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